Podcast 4 – Meditación Guiada
Gracias a practicar la meditación de forma habitual, la mente gana en concentración, alcanzando tal grado de calma y claridad que aparece lo que Alan Wallace, reconocido escritor norteamericano, especializado en Psicología Budista, llamó el estado natural de la mente: la felicidad.
Pero, cuidado! Cuando te sientes a meditar, tu objetivo no debe de ser “estar bien”, ni relajarte, porque ese mismo objetivo puede convertirse en un obstáculo. La meditación se practica con el fin de desarrollar la actitud mental y emocional justa con respecto a lo que suceda. Nos proporciona una conciencia clara de lo que está sucediendo sin que se vea empañado por estados emocionales o percepciones. Las emociones tiñen la experiencia. La meditación nos proporciona ecuanimidad para experimentar lo que sucede con apertura, sin polarizarnos entre el apego y el rechazo.
Aquí tienes algunos consejos a tener en cuenta a la hora de sentarte a meditar recogidos en «El libro del Mindfulness» de Bhante Henepola Gunaratana:
“No esperes nada especial. Siéntate sencillamente a observar lo que sucede. No fuerces. No fuerces nada ni hagas tampoco esfuerzos exagerados. Que tu empeño sea perseverante y relajado. No te aferres a nada ni rechaces nada. Está bien si aparecen imágenes mentales positivas y también está bien si aparecen imágenes negativas. Siéntete cómodo con todo lo que aparezca y contémplalo con la misma ecuanimidad. Suelta. Aprende a fluir con todos los cambios que se presenten. Acepta todo lo que se presente. Sé amable contigo misma. Quizás no seas perfecto, pero eres lo único que tienes para trabajar. Investígate a ti mismo. No des nada por sentado. No reflexiones. No tienes que deducir nada».
Por otro lado, la Atención Plena se practica en el día a día, poniendo la atención en cada tarea que estemos realizando en ese momento, ya sea lavarnos los dientes, comer, mantener una conversación o caminar.
Nos hemos acostumbrado a vivir en “piloto automático”. Cogemos el coche, conducimos y llegamos al destino tan sumid@s en nuestros propios pensamientos que nos enteramos de que es lo que ha pasado por el camino. Estamos hablando con una amiga y nos damos cuenta de que nuestra atención se “ha ido” después de 3 minutos de conversación. Vivir así es, peligroso en el caso de tareas como conducir en las que un error puede ser fatal, poco productivo porque sin atención se cometen más errores y triste, porque cada tarea que hacemos sin atención es un momento de nuestra vida perdido.
Nos pasamos la vida esperando el “gran momento”: el fin de semana, las vacaciones, la cerveza al salir de trabajar o ir a hacer deporte en soledad. El resto de las tareas son de tránsito, cosas que quiero hacer rápido para tener mi tiempo, sin darnos cuentas de que todos los momentos son nuestro tiempo si les ponemos atención. Todas las tareas pasan a ser trascendentes cuando reciben nuestra atención.
Como dice el maestro budista Tchich Nhat Hanh, “mientras lavas los platos, lavar los platos es la tarea más importante en tu vida” sin pensar en lo que vas a hacer después (quizás tomarte un café con tu pareja o salir corriendo al trabajo) “cada día, cada hora debemos practicar Mindfulness”.
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